El gran Pasieguito, Bernardino Pérez, debió su sobrenombre a que su familia paterna
procedía en la comarca pasiega de Cantabria aunque él naciera en Hernani. Fue
un conocido pelotari de la modalidad de remonte en la década de 1920 pero Pasieguito
fue fichado por el Valencia C. F. cuando aún estaba en edad juvenil, y debutó
con el primer equipo el 21 de marzo de 1943 en un partido ante el Granada C. F.
El hecho de que no contara aún con dieciocho años fue denunciado por el R. C.
D. Español, por lo que fue sancionado con un año sin jugar por falsificar su
fecha de nacimiento en la ficha federativa. Transcurrido el año de sanción volvió
a reaparecer en el Valencia pero la gente le achacó un comportamiento frio,
indolente y pasivo que lo abucheó de tal manera que fue cedido al Levante U. D.
para que fuera fogueándose para jugar en
Primera División.
En apariencia era un jugador sin garra y estático como lo pareció también
Buqué pero ello era debido a que poseía una gran calidad táctica y un dominio del
juego como pocos jugadores de su época tuvieron, lo que le permitía dirigir el
juego del equipo a la perfección. En sus inicios destacó como interior, si bien
acabó formando junto con Antonio Puchades una medular mítica en el
valencianismo, una dupla de aquellas que pasan a los anales de la historia como
irrepetibles. Mientras Tonico era un derroche físico y de coraje, el vasco se
encargaba de canalizar el juego aprovechando su rápido regate y su magnífico
toque de balón que le permitía anotar gran cantidad de goles de falta. Pero su
fuerte e introvertido carácter lo apartó a menudo de sus compañeros y le
ocasionó despedirse del Valencia de una manera precipitada, ya que en el año
1959 realizó unas declaraciones durísimas en las que acusaba a su compañero
Walter, jugador brasileño máximo goleador valencianista por aquel entonces, de ralentizar el
juego del equipo y de poco compromiso con este. Se inició entonces una notable
carrera como entrenador, al principio en el C. D. Mestalla, filial del
Valencia, del que salió tras un mes de competición para fichar por el Levante,
donde ejerció de jugador-entrenador. Tras esto entrenó al Carcagente, equipo
amateur, al C. E. Sabadell, al Granada C. F. y al Real Sporting de Gijón. Sin
embargo, nunca estuvo mucho tiempo desligado del Valencia, al que entrenó de
manera esporádica con notable éxito ya que logró la Copa del Rey de 1979 y la Supercopa
de 1980. La mayor parte del tiempo estuvo ligado a la secretaría técnica del
club che, en la que consiguió grandes éxitos como los fichajes de Kempes
y Mijatovic.