José Claramunt ha sido
con Puchades y Albelda el tridente valenciano más aclamado en la historia de
Mestalla. La cuota de ADN de la la “terreta” en estado puro. Sus inicios fueron
en la escuela del Valencia CF y en el Saguntino pero fue Mundo, su
primer entrenador en el Valencia, quien le doy la oportunidad de participar en
la Pequeña Copa del Mundo de Caracas de 1965 en la que venció el Valencia para
iniciar su carrera meteórica. No menos importante sería su carrera en la
selección nacional ya que consiguió ser internacional con sólo 22 años y
se convirtió en el primer valenciano que ostentó la capitanía de una
selección española de fútbol con la que tuvo 23 internacionalidades. Aunque
siempre le gustó la banda derecha, era un portento, un pulmón de muchos
quilates en cualquier puesto desde el medio campo hacia arriba pudiendo atacar,
defender y el uno contra uno lo hacía bien. Es decir, un comodín, una apuesta segura
que tenía habilidad en las dos piernas. Solo flaqueaba notablemente en el juego
aéreo pues su escasa altura no le permitía grandes alardes aéreos pero hasta en
posiciones retrasadas se convirtió en un gran goleador. También en la suerte de
los penalties se convirtió en protagonista pues fue el lanzador oficial de
penalties del equipo, con una gran fiabilidad pues su disparo potente y ladeado hacía
difícil al portero poder atajarlos.
Entre sus logros, disputó
cuatro finales de Copa y ganó la de 1967. También fue campeón de
Liga en el 71, disputando los treinta partidos de aquella temporada ya que en
su permanencia en el Valencia hasta la temporada 77-78 apenas se perdió
partidos oficiales. Como curiosidad, diré que contra Dinamarca protagonizó
una de las expulsiones más tontas de la historia al salir tres veces seguidas
de la barrera. Como resumen, el gran Di Stéfano le daba total libertad al
decirle que hiciera lo que le diera la gana pues el centro del campo era para él.
El campo del Puzol lleva su nombre y su homenaje no le llegó hasta veinte años
después de retirarse.