25 de agosto de 2009

Iturraspe y Pasarín marcaron una época tanto en el campo como en el banquillo ché.


Aunque Carlos Iturraspe no nació en Valencia, su condición de donostiarra no le impidió que se sintiera un valenciano más y derrochó raza y corazón en defensa de los colores blancos. Se inició en el fútbol en Madrid compaginando sus estudios de medicina con el Unión Sporting y el Nacional. En el año 1933 fichó por el Valencia donde permaneció como jugador durante 13 años hasta el 1946 para ganar dos Ligas y una Copa y disputar cuatro finales más. Finalmente se retiró en el Levante en el año 1948. Como este medio centro tenía el fútbol en sus venas inició su carrera como entrenador y se dice que descubrió a Puchades y Sol y llegó a recomendar la contratación de un Luís Suárez que se descartó por caro. Comenzó entrenando al Sueca cuando aún era jugador y también lo hizo en el Mestalla y Deportivo de la Coruña en dos etapas, Betis, Málaga, Atlético Tetuán y en el 1954 al Valencia sustituyendo a Quincoces. Pero su trayectoria valencianista finalizó tristemente en mayo de 1956 cuando fue cesado al ser eliminado por el Jaén en Copa.
Luís Casas Pasarín será recordado como un gallego que tuvo una gran calidad como defensa y que atesoraba nobleza y elegancia en el terreno de juego. Tenía enormes condiciones físicas, cabeceaba bien y era inteligente en sus actuaciones. Se inició como jugador en su ciudad natal de Pontevedra y fue progresando hasta llegar a Vigo que era la cuna del fútbol gallego de aquella época. Este defensor de prestigio vistió la camiseta nacional por vez primera en los Juegos Olímpicos de Amberes contra Italia y disfrutó de seis internacionalidades. Con el Valencia ascendió a Primera División en el año 1931 y disputó la primera final de la Copa del Rey de los valencianos ante el Real Madrid. Cuando abandonó su carrera como jugador se formó como técnico y llegó a ser seleccionador nacional, aunque solo fuese en un encuentro en que se perdió contra Irlanda en Madrid. Posteriormente entrenó al Valencia, Celta, Oviedo, Málaga y Granada. Como técnico del Valencia logró pasar a la posteridad entrenando a jugadores eternos como Puchades y sucediendo al mismísimo Eduardo Cubells. Prueba de su triunfo en Valencia también como técnico fue la Liga conseguida en 1947 y un subcampeonato del 1948 que fue muy criticado en la ciudad y ,por ello, no dudó en renunciar a su cargo. Esto motivó que tuviera fama de tener poco aguante con las opiniones críticas hacia su trabajo y tuvo enfrentamientos violentos muy sonados con la prensa. Falleció en Agosto de 1986.