30 de marzo de 2011

No diga Wilkes, diga regate impredecible, diga dribbling de artista¡¡¡


Este gran astro holandés llegó a Valencia en el verano de 1953 y su presencia se convirtió en un fenómeno social que arrastró a Mestalla a aquellos que nunca lo habían pisado . Faas Wilkes entró con sus regates en la historia del Valencia pues dejaba a los defensas sentados sobre el césped y fue el primer futbolista de la historia cuyos goles fueron celebrados con flamear de pañuelos.
Su nombre era Servaas Wilkes Laarts, aunque todo el mundo lo conoció como ‘FaasWilkes. Nacido el 13 de octubre de 1923 en Rotterdam, pasó por el Xerxes y comenzó a labrarse una fama de delantero elegante dueño de un desborde impredecible para sus rivales. A los técnicos les impresionaba su figura y la forma que tenía de llevar el balón cosido a la bota. Y su carrera creció a ritmo vertiginoso. Convertido en internacional y en verdadero ídolo , fichó por el Inter donde caló hondo entre los aficionados por su manera espectacular de acariciar el balón. Cogía la pelota en el centro del campo y la llevaba hasta el área contraria. Un futbolista distinto en esa época, solitario, al que en ocasiones sus compañeros le reprocharon un excesivo individualismo. Así ,se marchó al Torino, con el que visitó Mestalla, para disputar un partido de homenaje al gran Antonio Puchades en el que venció el Valencia por 4-1. Wilkes sentó cátedra y todos, en las gradas y en el palco, preguntaron por el nombre de ese larguirucho de 1,90 que parecía siempre tener el balón pegado al pie. Ese interés se convirtió poco después en un contrato.
Su paso por Mestalla causó sensación, sobre todo en su primera temporada, en la que anotó 18 goles en 28 partidos y durante la que levantó continuamente de sus asientos a la afición valencianista con sus regates inverosímiles. Así , en un día feliz frente al Racing se le intentó llevar a hombros hasta La Pepica que era donde vivía en Valencia. Así se discutía en su época si era mejor que Di Stéfano o Kubala. El club valencianista estaba inmerso por entonces en la remodelación del gran Mestalla y siempre se ha dicho que las actuaciones del astro tulipán pagaron la construcción de la nueva tribuna. Su temperamento impredecible y visión que sin embargo, en las restantes temporadas su rendimiento decayó al serle diagnosticado bocio, enfermedad de la que hubo de ser intervenido quirúrgicamente y que le obligaba a vivir frente al Mediterráneo , en la Pepica , en la playa de la Malvarrosa. Quizás sus intuiciones más fatales fueron ciertas pues él siempre se llevaba la mano al cuello como si predijese el motivo de su final. Wilkes era sometido a marcajes durísimos y en más de un partido terminó siendo cazado.Pese a que Wilkes sólo militó tres temporadas en el Valencia, el holandés se ganó el cariño y la admiración de todos pues era un astro. Causó baja en el Valencia el 30 de junio de 1956, tras disputar 63 partidos de Liga y marcar 38 goles.
Pero nadie le olvidó hasta el punto que el club organizó un partido homenaje, junto al que había sido portero durante muchas temporadas, Ignacio Eizaguirre en un duelo ante el Wolverthampton. Tras jugar en Holanda, recibió una propuesta del Levante.Terminada la campaña, se retiró definitivamente en su país.Falleció en el año 2006. Adjuntamos fotografías con Walter , una caricatura y un recorte de prensa.