Entre las muchas cosas que puede destacarse como excepcional del gran Luís Colina, el sabio de Pardiñas, es que destacó tanto como jugador ,como árbitro y como secretario técnico ,y fue una de las piezas clave de la época dorada del gran Valencia como conquistador de títulos. En su faceta de jugador actuó en el Sport Club de Badajoz y en la Real Sociedad Gimnástica Española como medio ala o interior. Posteriormente se convirtió en árbitro y fue una de los primeros internacionales destacando en los Juegos Olímpicos de París de 1924. Pero es que también desempeñó el cargo de seleccionador nacional y vivió las victorias frente a Portugal en Lisboa, a Suiza en Berna y la más laboriosa frente a Italia en Valencia. Pero el homenaje más grande que debemos darle desde aquí es el de su papel como secretario técnico del Valencia puesto que se enorgullecía públicamente de su honestidad , fidelidad , honradez y lealtad a la camiseta blanca. Fue pulcramente cuidadoso con la economía del club y cuando pudo fichó a los geniales componentes de la “delantera eléctrica”, pero cuando la prioridad fue la de cubrir los gastos de las obras del Mestalla confió ciegamente en la cantera del club. Aconsejó sabiamente a siete presidentes consecutivos en los 28 años que estuvo al servicio del Valencia y fue el primero al que se le hizo entrega de la medalla de oro del club. En su honor se celebró un encuentro frente al poderoso Rapid de Viena en que el Valencia perdió por 2 – 5 aunque no participaron Pasieguito y Puchades que estaban concentrados con la selección nacional frente a Turquía. Fue la mano derecha de Luís Casanova y su eficacia y astucia a la hora de fichar jugadores fue la envidia de muchos clubes. Falleció finalmente en Valencia en Julio del año 1957 uno de los grandes del club , una de las tres C de oro junto con Casanova y Cubells.
Pero si eficaz y leal fue Luis Colina también fue previsor y sabio para preparar a Vicente Peris como sucesor en su cargo. Desde que este ingresó en el año 1939 como botones en el club pasó por distintos cargos hasta ocupar la Secretaría adjunta en 1952 y la Gerencia en 1969. Y cuando aún le quedaban años de amor y eficacia por su club se le homenajeó merecidamente con la adhesión de quienes conocieron su fidelidad inquebrantable por el equipo ché.