A finales de la década de los cincuenta Luís Casanova envió a Eduardo Cubells a Brasil con la misión de fichar al mejor jugador brasileño que encontrara y finalmente el elegido resultó ser Walter. El hecho es que fueron muchos los partidos que allí Cubells tuvo oportunidad de ver y, en su regreso a Valencia, hablaba de que había un joven jugador de diecisiete años que le había deslumbrado por sus enormes cualidades ya que tenía toque, disparo, rapidez y visión de juego. Este jovencito no era otro que Edson Arantes do Nascimento, Pelé, el magnífico diez brasileño del Santos considerado como el mejor jugador de todos los tiempos. Cubells estuvo tentado de traerlo pero temió que un cambio tan radical de aires y de entorno malbaratara la carrera de esta entonces joven promesa. Pero al final de esta temporada, Brasil ya había conquistado su primer campeonato mundial en Suecia y en el que Pelé brilló sobremanera y , aunque estaba anotado en la agenda, ya fue imposible negociar con su club pues se había convertido en patrimonio intocable de Brasil e iba a convertir más de mil goles en partidos oficiales.
El propio Cubells lo relataba así:” me he venido enamorado de otro jugador, una maravilla, Pelé, de diecisiete años. Me lo hubiera podido traer a Valencia por cuatro perras gordas. Pero si en vez de aparecer con Walter, me presento con Pelé, una promesa de diecisiete años, parte de la afición nos hubiera arrojado al mar a Pelé y a mí para que regresáramos nadando a Brasil”. De cualquier manera Mestalla pudo verle en directo en la primera edición del Trofeo Naranja en el que se produjo una actuación memorable del astro brasileño al endosarle un 7-1 a un Inter de Milán que fue muy comentada. No podemos ni siquiera imaginar el impacto que el gran Pelé hubiera tenido en la historia de nuestro equipo…
