Antonio Puchades Casanova ha sido para muchos el jugador más importante de la historia del Valencia. General del Clan de los suecanos, junto con Mañó y Sendra, siempre jugó como centrocampista defensivo debido a su gran potencia física pero también poseía una gran calidad técnica que le permitía armar el juego ofensivo del equipo. En el mundial de Brasil de 1950 fue elegido el mejor central del mundo ya que era un incansable recuperador de balones. Con su compañero Pasieguito formó una colosal pareja debido a su gran compenetración y estilos de juego complementarios, nunca dando un partido por perdido. Fue fichado muy joven por el Valencia C.F. procedente del Sueca por la insistencia de Juan Ramón, Iturraspe y Rino que se presentaron en Sueca con un billete de 500 pesetas y lo trajeron en un taxi, a pesar de que se hizo famosos su célebre Topolino. Tras apenas un año en el Mestalla, debutó con el primer equipo con 21 años durante la temporada 1946-1947. Conocida es la anécdota que cuenta que el entrenador Pasarín se extrañó que en un entrenamiento en un campo lleno de barro el único jugador que acabó con el equipaje impoluto fue Puchades y que este se explicó diciendo que estaba acostumbrado a nadar enre arrozales cubiertos de agua por su condición de agricultor. De todos modos Quincoces decía que era el más perezoso en los entrenamientos aunque luego en los partidos era el que sufría un desgaste mayor. Debutó contra el Celta por la lesión que sufrió Monzó y su madre le preparó dos maletas , una con ropa y otra con comida para varios días. No en vano, en sus inicios, su madre le decía “te morirás de fam Tonico”, por haber elegido el fútbol como medio de vida.
A partir de la temporada siguiente su presencia en el equipo se incrementó notablemente convirtiéndose en un jugador fijo y fundamental tanto para el Valencia CF como para la selección española. Confesó tiempo después que su condición de daltónico le causaba problemas para distinguir los equipajes del rival y alguna vez tuvieron que cambiar la indumentaria para que pudiese reconocerlos. Se retiró a la edad de treinta y tres años debido a los problemas de ciática que le aquejaban de manera permanente los últimos años de profesional y contaba en relación con esto que se retiró tan pronto porque un verano se fue a una isla hawaiana con Wilkes y su mujer, que era una morenita muy guapa, y allí, en aquellos trópicos donde hacía un calor impresionante, una noche que refrescó cogió un frío en la espalda que no se lo podía quitar de ninguna manera. Los médicos le dijeron que si le operaban en la pierna y le quitaban un hueso, el dolor se le iría. Pero se opuso y se desligó totalmente del mundo del fútbol al dedicarse a cuidar las tierras de su familia. Fumador empedernido, aficionado al baile y con carácter juguetón, era el centro de atención de su Perelló en los veranos. En su despedida, los chicos de las secciones deportivas del Valencia formaron su apellido sobre el césped. Adjuntamos imágenes de una de sus fichas, una foto con falleras, la imagen de un juego de la época , un pay pay, portada de la revista "Chicos", de la película "114 goles", con su hermano, una entrada de uno de sus homenajes y una con Zarra.
Video de homenaje en una Peña Valencianista.
A partir de la temporada siguiente su presencia en el equipo se incrementó notablemente convirtiéndose en un jugador fijo y fundamental tanto para el Valencia CF como para la selección española. Confesó tiempo después que su condición de daltónico le causaba problemas para distinguir los equipajes del rival y alguna vez tuvieron que cambiar la indumentaria para que pudiese reconocerlos. Se retiró a la edad de treinta y tres años debido a los problemas de ciática que le aquejaban de manera permanente los últimos años de profesional y contaba en relación con esto que se retiró tan pronto porque un verano se fue a una isla hawaiana con Wilkes y su mujer, que era una morenita muy guapa, y allí, en aquellos trópicos donde hacía un calor impresionante, una noche que refrescó cogió un frío en la espalda que no se lo podía quitar de ninguna manera. Los médicos le dijeron que si le operaban en la pierna y le quitaban un hueso, el dolor se le iría. Pero se opuso y se desligó totalmente del mundo del fútbol al dedicarse a cuidar las tierras de su familia. Fumador empedernido, aficionado al baile y con carácter juguetón, era el centro de atención de su Perelló en los veranos. En su despedida, los chicos de las secciones deportivas del Valencia formaron su apellido sobre el césped. Adjuntamos imágenes de una de sus fichas, una foto con falleras, la imagen de un juego de la época , un pay pay, portada de la revista "Chicos", de la película "114 goles", con su hermano, una entrada de uno de sus homenajes y una con Zarra.
Video de homenaje en una Peña Valencianista.