13 de mayo de 2013

Vicente Guillot, ese otro gran crack valenciano que brilló en los 60.


Vicente Guillot dio sin duda la cuota de valencianía más sanguínea del Valencia de los 60. Destacó sin duda por su desequilibrante punta de velocidad que provocaba una vez tras otra que fuera  objeto de faltas constantemente. Tras dos años como jugador del Mestalla, equipo al que llegó procedente de los Salesianos de la Carrera de San Luis, Vicente Guillot debutó en el Valencia en la temporada 1961-62 tras destacar también el filial como un ratón escurridizo, un Mañó en versión reforzada. De su especialidad en provocar penaltis queda buena memoria en los aficionados y también de su maravillosa entente, esa sociedad férrea y sin fisuras que tuvo con el atleta enorme que fue Waldo Machado, con el que se entendió a la perfección a pesar de que cierta parte de la prensa quiso ver en ellos una cierta rivalidad que no era más que las disputas que en ocasiones se producen entre hermanos que respiran el mismo aire. Jugador pequeño, rápido, con gran sprint y dribling y tampoco exento de alguna crítica pues algún tono de irregularidad también hubo en su trayectoria. Quizás por ello su condena deportiva también fue acompañada de Waldo en el mismo patíbulo y siendo  Alfredo di Stéfano, con su llegada al banquillo valencianista, su verdugo. Esta decisión produjo una verdadera convulsión en una hinchada que tenía claro que a ambos aún les quedaban tardes de gloria sobre la hierba. Ambos formaron una sociedad tan letal para los contrarios que los quiso fichar el Real Madrid pues Guillot aprovechaba los huecos que el brasileño creaba al retrasarse a cambio de servirle asistencias a medida. Anteriormente el Celtic de Glasgow ya le había tentado. Y eso a pesar de que al joven Guillot se le llegó a comparar con la “Saeta Rubia” por su genio fuerte, el pelo rubio y escaso y que ambos eran capaces de improvisar genialidades camino de la portería. Guillot suplía con nervio el músculo que le faltaba y sus saques de esquina eran certeros. Fue además uno de los primeros en lanzar penalties con "paradinha", engañando al portero en sentido contrario al disparo del balón. Ya en su última etapa creció en fragilidad y no era difícil tumbarle en cualquier pugna con lo que su genio se puso protestón y sus lesiones frecuentes. Tras esto, Guillot fichó por el Elche CF en el que disputó una temporada más a un nivel discreto para retirarse finalmente a trabajar en la administración de una empresa de transportes.