Como hemos dicho, Montes y Cubells marcaron la primera etapa del Valencia en su todavía campo de tierra. Y es que ellos fueron las primeras estrellas mediáticas, dos héroes para el incipiente valencianismo y que ambos nacieron en el año 1900.
Montes era uno de esos jugadores que causan un alboroto público hasta pedir la devolución de las entradas por no salir a jugar pese a estar anunciada su presencia en el equipo. Se trata de Arturo Montesinos Cebrián, Montes para el fútbol, alias Tellà. Una tellà es una pedrada con proyectil plano, violenta y precisa, como los disparos de Montes. El Valencia se encontró en él con el goleador más copioso de toda su historia, que, de existir datos fiables de los primeros años, superaría holgadamente la media de un tanto por partido.
Pero lo cierto es que Montes entró en el Valencia por casualidad. Procedía de Irún y llegó a Valencia para estudiar .En 1920 acompañó desde la Calle Sagunto a un amigo para hacer las pruebas en el Valencia e impresionó a todos los que le vieron. Cuando le daban un pase, lo devolvía con tanta potencia que sacaba el balón del campo, que entonces apenas tenía gradas . Los ojeadores no lo dudaron ni un segundo. Lo seleccionaron a él y dejaron en la calle a su amigo.
Los primeros meses se sintió huérfano en ataque, pero al cabo de unos meses se encontró con Cubells, que había adquirido fundamentos en la escuela andaluza del Sevilla. Y entonces se combinó en el mítico campo de Algirós la destreza, técnica e inteligencia de un interior derecha como Cubells, con la fuerza, el ímpetu, la zancada y el potente disparo de Montes, un clásico delantero centro. Cubells era la estrella local y ,al poco de llegar Montes ,ya había nacido una división entre montistas y cubellistas que produjo una verdadera fractura social entre la afición. Amigos fuera del campo, los dos jugadores colaboraron en el cisma con rachas celosas y estrategias insolidarias. El contraste ha distorsionado el recuerdo de Montes, reduciéndolo a un tirador rudo y meramente atlético para oponerlo al cerebral Cubells. Con sus 1,85 de altura parecía doblar a rivales y compañeros, pero su verdadera personalidad era la de un artista del balón, que driblaba como un virtuoso y engranaba la delantera con pases en profundidad, un gran remate de cabeza sin mengua de las andanadas que descargaba con las dos piernas. Como artista era imprevisible, pero, además, se trataba de un jugador que no siempre se sentía obligado al esfuerzo. Un simple rumor del público montista, que tanto lo mimaba, o un nublado en la inspiración producían un Montes apático, cuando no cruzado de brazos en el centro. Si alguien lo recriminaba, respondía: 'No puc més', de forma audible desde todo el campo. En cambio no se arrugaba ante las entradas duras, que solía retribuir con otras peores. Aunque nunca fue convocado por la Selección española la prensa de la época lo pedía con insistencia.
Con los años Montes ganó peso, lo que mermó sus prestaciones, y padeció un atropello que casi destroza al automóvil agresor. Su baja en 1928, simultánea a la de Cubells, cerró una época en la entidad. El 26 de julio de 1922, en pleno verano, se disputó el primer encuentro internacional en Algirós contra el club francés del Cette. El Valencia arrolló por un contundente 5-0. Todos los goles los marcó el Tellá que desde aquel histórico día comenzó a hacer historia en el Valencia. Por último os mostramos dos fotografías del interior y exterior del Cine Montes , hoy en estado de abandono , que el jugador tuvo en Benicalap y que llevaba su nombre.
Montes era uno de esos jugadores que causan un alboroto público hasta pedir la devolución de las entradas por no salir a jugar pese a estar anunciada su presencia en el equipo. Se trata de Arturo Montesinos Cebrián, Montes para el fútbol, alias Tellà. Una tellà es una pedrada con proyectil plano, violenta y precisa, como los disparos de Montes. El Valencia se encontró en él con el goleador más copioso de toda su historia, que, de existir datos fiables de los primeros años, superaría holgadamente la media de un tanto por partido.
Pero lo cierto es que Montes entró en el Valencia por casualidad. Procedía de Irún y llegó a Valencia para estudiar .En 1920 acompañó desde la Calle Sagunto a un amigo para hacer las pruebas en el Valencia e impresionó a todos los que le vieron. Cuando le daban un pase, lo devolvía con tanta potencia que sacaba el balón del campo, que entonces apenas tenía gradas . Los ojeadores no lo dudaron ni un segundo. Lo seleccionaron a él y dejaron en la calle a su amigo.
Los primeros meses se sintió huérfano en ataque, pero al cabo de unos meses se encontró con Cubells, que había adquirido fundamentos en la escuela andaluza del Sevilla. Y entonces se combinó en el mítico campo de Algirós la destreza, técnica e inteligencia de un interior derecha como Cubells, con la fuerza, el ímpetu, la zancada y el potente disparo de Montes, un clásico delantero centro. Cubells era la estrella local y ,al poco de llegar Montes ,ya había nacido una división entre montistas y cubellistas que produjo una verdadera fractura social entre la afición. Amigos fuera del campo, los dos jugadores colaboraron en el cisma con rachas celosas y estrategias insolidarias. El contraste ha distorsionado el recuerdo de Montes, reduciéndolo a un tirador rudo y meramente atlético para oponerlo al cerebral Cubells. Con sus 1,85 de altura parecía doblar a rivales y compañeros, pero su verdadera personalidad era la de un artista del balón, que driblaba como un virtuoso y engranaba la delantera con pases en profundidad, un gran remate de cabeza sin mengua de las andanadas que descargaba con las dos piernas. Como artista era imprevisible, pero, además, se trataba de un jugador que no siempre se sentía obligado al esfuerzo. Un simple rumor del público montista, que tanto lo mimaba, o un nublado en la inspiración producían un Montes apático, cuando no cruzado de brazos en el centro. Si alguien lo recriminaba, respondía: 'No puc més', de forma audible desde todo el campo. En cambio no se arrugaba ante las entradas duras, que solía retribuir con otras peores. Aunque nunca fue convocado por la Selección española la prensa de la época lo pedía con insistencia.
Con los años Montes ganó peso, lo que mermó sus prestaciones, y padeció un atropello que casi destroza al automóvil agresor. Su baja en 1928, simultánea a la de Cubells, cerró una época en la entidad. El 26 de julio de 1922, en pleno verano, se disputó el primer encuentro internacional en Algirós contra el club francés del Cette. El Valencia arrolló por un contundente 5-0. Todos los goles los marcó el Tellá que desde aquel histórico día comenzó a hacer historia en el Valencia. Por último os mostramos dos fotografías del interior y exterior del Cine Montes , hoy en estado de abandono , que el jugador tuvo en Benicalap y que llevaba su nombre.