Cubells es posiblemente, el jugador más importante de la historia del Valencia Club de Fútbol en sus primeros años y desde su nacimiento en 1919. Y es que fue el primer internacional de la entidad, entrenador en la segunda liga victoriosa y secretario técnico casi vitalicio. Eduardo Cubells procedía del barrio de Algirós y su mote era el de Cucala en recuerdo de aquel guerrillero carlista por lo mucho que le gustaba mandar. A los 20 años ya había pasado por varios equipos incipientes y por el Español, antecesor del Valencia . Nada más aparecer en Algirós, asociado a Montes, el Valencia empezó a marcar la diferencia. Es conocida la de la rivalidad entre cubellistas y montistas que, a pesar de su amistad privada, los dos jugadores no dejaron de alimentar. Los segundos eran mayoría pero sin embargo, Montes iba por libre, mientras Cubells lideraba a sus compañeros ejerciendo de entrenador en el campo. Los montistas más acérrimos silbaban sus gestos de director de orquesta.Tanta fama tuvo que era recurrente ver su imágen en caricaturas ,naipes , cromos , coleccionables , barajas y hasta en papel de fumar.
Goleaba, asímismo, con profusión, a menudo con cabezazos de una técnica perfecta, regateaba dejando sentados a los rivales y muchas veces se apoyaba en su compañero Rino en el campo. Durante casi una década lanzó los penaltis de forma infalible, salvo cuando decidía fallarlos por injustos (ganando 6-1 al Gimnástico, entregó uno al portero y este, ofendido, voleó el saque contra su portería para devolver el favor).
Durante buena parte de su carrera coqueteó con el Español de Barcelona , al que acompañó en una gira por América y llegó a jugar en el Sevilla. Jugó cinco partidos internacionales, todos ganados sin encajar un gol (uno de ellos a Italia, en Mestalla). Y fue el autor de la victoria española en Viena ante Austria .Llegó al estreno por poco, pues, en el partido de preparación, el madridista Quincoces le rompió una muela pero Cubells con sorna quitó importancia al incidente, asegurando que, de todas formas, estaba careada. Tuvo finalmente una crisis, apartamiento del equipo, cruce de cartas abiertas y, al fin, un olvido pactado. Al mismo tiempo, conforme a los usos del semiprofesionalismo, explotaba un negocio de ultramarinos.
A los 28 años recibió de mal grado la baja, pero no hizo ningún intento de pasar a la competencia. Pero su retirada como futbolista no supuso su adiós al Valencia CF. Él se fue del campo, pero casi al mismo tiempo aterrizaba en Valencia como secretario técnico Luis Colina, que fue otro hombre de fuerte personalidad. Colina desempeñó su cargo fichando y cesando desde 1928 hasta 1956. Y pese a no coincidir con el Cubells futbolista, sí que lo hizo con el Cubells de los despachos pues este ingresó en la Comisión Técnica que hacía las alineaciones con el entrenador pero acabó por integrarla él solo. Y ambos se convirtieron en el soporte de Luis Casanova en los años cuarenta. Entre los tres hicieron grande al Valencia C.F y por ello tuvo su homenaje, aunque muy tardío, contra el Sevilla en 1944. Como Director Técnico fue pieza fundamental durante veinte años (dos temporadas a cargo del primer equipo con una Liga y tres finales de Copa) y, en su etapa final, fue el centro de las turbulencias de una grada disconforme con la evolución de la plantilla. Su dimisión en 1959 arrastró la del Presidente Luis Casanova, que había prometido irse con él.
Durante buena parte de su carrera coqueteó con el Español de Barcelona , al que acompañó en una gira por América y llegó a jugar en el Sevilla. Jugó cinco partidos internacionales, todos ganados sin encajar un gol (uno de ellos a Italia, en Mestalla). Y fue el autor de la victoria española en Viena ante Austria .Llegó al estreno por poco, pues, en el partido de preparación, el madridista Quincoces le rompió una muela pero Cubells con sorna quitó importancia al incidente, asegurando que, de todas formas, estaba careada. Tuvo finalmente una crisis, apartamiento del equipo, cruce de cartas abiertas y, al fin, un olvido pactado. Al mismo tiempo, conforme a los usos del semiprofesionalismo, explotaba un negocio de ultramarinos.
A los 28 años recibió de mal grado la baja, pero no hizo ningún intento de pasar a la competencia. Pero su retirada como futbolista no supuso su adiós al Valencia CF. Él se fue del campo, pero casi al mismo tiempo aterrizaba en Valencia como secretario técnico Luis Colina, que fue otro hombre de fuerte personalidad. Colina desempeñó su cargo fichando y cesando desde 1928 hasta 1956. Y pese a no coincidir con el Cubells futbolista, sí que lo hizo con el Cubells de los despachos pues este ingresó en la Comisión Técnica que hacía las alineaciones con el entrenador pero acabó por integrarla él solo. Y ambos se convirtieron en el soporte de Luis Casanova en los años cuarenta. Entre los tres hicieron grande al Valencia C.F y por ello tuvo su homenaje, aunque muy tardío, contra el Sevilla en 1944. Como Director Técnico fue pieza fundamental durante veinte años (dos temporadas a cargo del primer equipo con una Liga y tres finales de Copa) y, en su etapa final, fue el centro de las turbulencias de una grada disconforme con la evolución de la plantilla. Su dimisión en 1959 arrastró la del Presidente Luis Casanova, que había prometido irse con él.