Silvestre Igoa nace en Añorga, cerca de San Sebastián, y muy pronto empezó a destacar en las playas donostiarras antes de que la guerra civil se cruzase en su camino. El bando franquista le llevó hasta el pueblo valenciano de Catarroja donde es observado cuando realizaba sus deberes militares para pasar a jugar en el Olimpic de esa localidad demostrando sus extraordinarias dotes. Cubells se enamora de su juego y lo lleva a Valencia en la Temporada 1940-1, donde ganaría tres Ligas y una Copa del Generalísimo, además de ser tres veces subcampeón de Copa y dos de Liga y fue once veces internacional disputando además el Mundial de Brasil. Es anecdótico que muchos le recuerden por las manías y supersticiones que mostraba antes de los partidos. Es por eso que el médico del Valencia, el Doctor Ribes, le recetaba pastillas de goma metidas en envoltorios misteriosos para convencerle de que estaría en condiciones de jugar. De carácter introvertido, nunca acabó de ser uno más en la peña que por aquel entonces formaba el equipo y siguió viviendo en Catarroja en el actual Carrer Nou durante toda su permanencia en el Valencia. Entre los muchos vascos de la plantilla fue el que menos se integró, aunque antes de cada salida visitaba a la Virgen de los Desamparados.
Fue considerado por muchos como el “sexto eléctrico” aunque tuvo que esforzarse para encontrar hueco y marcar 97 goles entre tantas estrellas como hubo en su tiempo. Hay que tener en cuenta que esta “delantera eléctrica” sólo fue alineada en 57 partidos pues el interior izquierda solía ser casi siempre Igoa. Su cabeceo en suspensión era ciertamente prodigioso y su marca goleadora total de 141 tantos oficiales le sitúa entre los máximos goleadores de la Liga española. Fue un jugador muy práctico que contaba con una poderosa zancada , siendo sus disparos muy potentes. Se colocaba además de ariete en ausencia de Mundo y su cabeceo en suspensión era muy notable .Causó baja en el año 1950 para marchar a la Real Sociedad por motivos económicos incumpliendo el pacto verbal que había asumido con el club. Por ello se fue por la puerta falsa y sin despedirse de nadie, ni siquiera de la familia Monzó de cuyo hijo mayor era padrino por la gran amistad que les unía. Falleció a los 48 años de edad a causa de un derrame cerebral y la prensa de la época lo narró así:
“Esta noche ha dejado de existir, en la residencia del Seguro de Enfermedad de nuestra ciudad donde había sido sometido a una delicada intervención quirúrgica, el que fuera gran jugador de fútbol Silvestre Igoa, que contaba con 48 años de edad… Se encontraba mal, con dolores que han originado la intervención y la muerte, que será muy sentida en toda España por la categoría de jugador y virtudes humanas que poseía, Silvestre Igoa. Igoa fue jugador del Valencia, de la Real Sociedad y del Granada, donde puso fin a su carrera deportiva. Fue tres veces campeón de Liga y una de Copa, militando en el Valencia y defendió en diez ocasiones los colores del equipo español”.
Mostramos imágenes con Epi , Eizaguirre , Amadeo , y del anverso y reverso del programa que se repartió con ocasión del homenaje en Catarroja por su intervención en el Mundial de Brasil.